A veces suelo rimar
cuando hay un cumpleaños
y con letras desear
que se pase un buen año.
Hoy es grata la ocasión
pues la fiesta es cosa doble,
ya que hace un montón
que nació un hombre noble.
Para rimar treinta y nueve
sólo puedo que restar,
que el calendario no se mueve
treinta y ocho a celebrar.
Muchas cosas han pasado,
y muchas quedan por pasar.
Felicidades de un pesado
con un hermano estelar.
Así qué para terminar
Levanto la copa y mi mano,
Tomás, tenemos que brindar
¡Muchas felicidades hermano!
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